4 de abril de 2017

Capítulo 83

El camino de vuelta se hizo largo para Andrea. Le venía a su mente continuamente la voz de Macarena diciéndole una y otra vez:

 - ¡Andrea, por favor! ¡No me dejéis aquí! ¡Volveeeeeed!

Se seguía sintiendo culpable de que Macarena hubiese asumido ese cargo de responsabilidad que él por cobardía dejó de asumir en un momento dado. Algo sí sentía en su interior, y es que había podido salvar a Palmira y a su criatura, situación de la que en realidad no entendía nada en absoluto.

Gracias a sus averiguaciones en el hospital y a conversaciones con algunos de los trabajadores del mismo, pudo dar con la pista que le llevó a Palmira y a Macarena.

Recordó la conversación que tuvo con ese hombre que no le causó buena impresión en el mismo momento que entró en el hospital y preguntó por la habitación de Palmira. Su aspecto le pareció sospechoso, aunque no comprendió muy bien el motivo.

El batín que vestía el susodicho no concordaba con las terminaciones en color que tenían el resto de los trabajadores, pero Andrea no le dio importancia a tal detalle cuando encima tenía lo que tenía. Grabado en la bata de este celador figuraba el nombre de Héctor T. Eso hizo que le llamara la atención, y más aún cuando Andrea le preguntó por la habitación de Palmira y éste le dijo en voz baja y prácticamente al oído: “estás a tiempo para cambiar lo que va a suceder “.

Esta frase le hizo recordar a Andrea el último libro que había cogido de la estantería de su casa, en la que se había aislado del mundo entero, que por título llevaba “Cambia para Cambiar el Mundo”. Después de su lectura, llegó a la conclusión de que tenía que ser él el que diese el primer paso para poder salir de esa zona de confort en la que se había enclaustrado y olvidado de toda responsabilidad. Fue el remate final para tomar una decisión. ¡Ahora o nunca! Y así se dijo: ¡es el momento!

La familia Caelum durante años había depositado su confianza en él y no podía fallarles, si lo hiciese es como si se fallese a él mismo. Cuando Andrea llegó a la habitación, y se dio cuenta de que ni Palmira ni Macarena estaban allí, por un momento pensó que no entendía nada de lo que estaba sucediendo.

Recordó la frase que prácticamente al oído le había susurrado el celador, y enseguida fue en su busca. En el mostrador principal del hospital preguntó por el celador Héctor T., y la mujer que en ese momento ocupaba el lugar en el mostrador le dijo: “no hay en el hospital ningún trabajador registrado con ese nombre”. A continuación, Concha Z. le dijo: “debe estar equivocado, señor. Ha debido ser un error, está usted muy nervioso, tranquilícese”.

Desde el interior del hospital y en el lateral de uno de los jardines que lo rodeaban vio a este hombre por el que estaba preguntando. Y lo más sorprendente es que le hacía raros aspavientos para que se dirigiese hacia donde él se encontraba.

Andrea no estaba muy seguro de dar ese paso, pero por otro lado, ¿qué tenía que perder ya a estas alturas? Se dirigió hacia él y en ese mismo momento y sin tan siquiera pedirle explicaciones, este hombre le dijo:

-          sé dónde se encuentran tanto Palmira como Macarena, puedo guiarle hasta allí, yo tampoco tengo nada que perder… -

Andrea no se lo pensó dos veces y convenció a Alison, que todavía estaba postrada en las escaleras esperando una bocanada de aire fresco.

Todas estas imágenes recorrían la cabeza de Andrea mientras efectuaban la huida del lugar en el que habían retenido a Palmira y a Macarena. Esta última no se le iba de la mente, y algo le decía que algo dentro de sí había brotado.

De repente, mientras se acercaban al vehículo todoterreno en el que habían llegado a ese lugar, se paró en seco a sabiendas de que estaban lejos del peligro y le preguntó al celador:

-          “¿por qué has hecho algo así, si ni tan siquiera te lo pedí?”.

Éste sin demora le respondió:

-          “Hay alguien que lo hizo antes de que usted llegase, y además, éste era conocedor de su aparición”.

Después de esto, Andrea volvió a mirar hacia atrás, donde Macarena se había quedado sola y se dijo:

- Tu lado está al lado de Palmira, ella te necesita y yo no te abandonaré -.

Andrea era consciente de que ya la había dejado a su suerte en una ocasión y no lo volvería a hacer…

By Tacones Cercanos
Tacones Cercanos



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