23 de abril de 2017

Capítulo 102

- ¡Tenemos que irnos ya!

Se escuchó en el silencio de la noche y retumbó en las paredes de la habitación donde se encontraba Palmira.

Palmira se levantó de un sobresalto y vio cómo su hija, ya tenía preparadas dos mochilas cerca de la puerta de la habitación.

- ¿Qué pasa hija? ¿irnos?

-Si mamá, Andrea y Máximo tienen una tarea que realizar, y en breves minutos se desatará una batalla en la que se verán involucrados. Los Poncianos acompañados por algunos agentes de la Interpool, que se han vendido a ellos por unos fardos de Cocaína, tienen como objetivo acabar con ellos. Pero tranquila ellos saldrán bien parados esta vez.

Lo que me preocupa, y por ello debemos irnos, es que antes de esa batalla un grupo de  Poncianos vendrán aquí para terminar con nosotras, así que.... no podemos perder ni un segundo, se acercan. 

-Vale, vale supongo que no hay otra opción, así que ...

Rápidamente se vistió, y mientras se calzaba unas manolitas sobre la marcha, se colgó la mochila y salieron por la puerta.

-y ¿A dónde vamos?

-Tranquila mamá, vamos a ir donde empezó todo esto, y no me preguntes más, tan solo sígueme y confía en mí. Tienes que cumplir con tu destino y realizar la misión que te fue encomendada en esta vida y en anteriores, solo que ahora, sí que ha llegado el momento.

-Hija, me estás asustando, ¡no tengo ni idea, de qué es lo que tengo que hacer..!

-Piensa un poco mamá, piensa, ya hubo quien te lo dijo al llegar a Venecia.

Al terminar la frase “K,” se hizo el silencio, interrumpido, tan sólo, por el ruido de las zancadas que daban entre el oscuro y frondoso bosque del lugar.

A los diez minutos de su escapada, se escucharon varios disparos y algunos de ellos fueron acompañados de unas luces en el cielo, que alumbraban más de 15 Km a la redonda. Palmira se asustó, su cara lo reflejaba. Le vinieron a la cabeza Andrea, Máximo y su amiga Macarena. Pensaba si saldrían con vida de ésta, porque... su hija dijo que Andrea y Máximo sí, pero.. ¿y Macarena?, ni la nombró ...

Tampoco podía ponerse a pensar demasiado, porque tampoco podía hacer nada, sólo sabía que tenía una misión...

Una misión, una misión... esta palabra le estaba persiguiendo desde que “K“se la dijo y no podía quitársela de cabeza.

- Hija, ....  por más que lo pienso, no tengo ni la más remota idea de qué es lo que tengo que hacer, no sé quién me lo dijo, y menos el qué.

Seguían corriendo entre la oscuridad.

 “K” iba delante marcando el camino que debían seguir, como si conociera los parajes por donde pasaban, como si hubiera estado allí toda la vida.

- Mamá, te diré yo cual es esa frase que seguramente, te pasaría por alto, pero que es fundamental que la sigas al pie de la letra. ¿Recuerdas esta frase?  

“tienes que servir al amo”

-Sí, claro que la recuerdo... el primero que me lo insinuó a modo de pregunta fue Andrea, recién llegada a Venecia, pero.... ¿el amo no eres tú mi niña?

- ¿A estas alturas de todo lo que te ha sucedido desde que saliste de Sevilla, y ¿aún te lo preguntas?

-No, no me lo pregunto.. pero, es que caso ya te hago, no entiendo, como puede ser esa mi misión...

-Lo entenderás cuando llegue el momento, y con ello finalizaremos y resolveremos muchos misterios que durante años nos han perseguido a toda nuestra familia, y gracias a ello pasaremos al nivel 2.

Después de recorrer unos 15 Km por caminos de montaña, a lo lejos se divisa una explanada muy iluminada. Si, es el aeropuerto.

- Mira mamá, ya casi estamos, ¿lo ves?

-Sí claro, es el aeropuerto, pero... ¿a dónde vamos?, dímelo por favor.

-Mamá, que mal lo has tenido que pasar, ni siquiera eres capaz de intuir dónde empezó todo esto...

Sin pensarlo ni un instante, paró, dio media vuelta y abrazó a su madre mientras le decía al oído..

-Mamá, vamos a Sevilla


By Mr.Marvic
Mr.Marvic

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