10 de marzo de 2017

Capítulo 58

Con las palabras del capitán Robles resonando todavía en el interior de sus oídos, oyó cómo, tras llamar a la puerta, dos doctores entraban en la estancia, tras una enfermera que les franqueaba el paso.

- Buenos días, ¿qué tal?

- Hola, buenos días -respondió Máximo

- ¿Qué tal se encuentra Palmira, hoy?

- Continúa quejándose, y sigue con esa sensación de aturdimiento.

- ¿Le importaría salir de la habitación un momento?

- No, claro que no. Estaré ahí al otro lado, por si me necesitan.

Palmira, que estaba profundamente dormida, respondió a la llamada del doctor.

- Ah, hola doctor!

- ¿Cómo se encuentra hoy?

- La verdad es que estoy como si me hubiese arrollado un tren.

- Vale, vamos a ver…

La exploración, algo más completa que de costumbre, amén de comprobar oídos, dilatación de pupilas y respuesta a estímulos en extremidades, se centró en auscultar ruidos torácicos. Una simple mirada, que no pasó desapercibida para Palmira, sirvió para que la doctora tomase el lugar del doctor y pasase a realizar la auscultación. De nuevo, un gesto afirmativo de ésta, disparó todas las alarmas en la mente de Palmira.

- ¿Algo va mal doctora?

- Todo según lo previsto. Necesitamos realizarle alguna prueba más, por lo que deberá permanecer todavía unos días en observación.

Tras despedirse, salen de la habitación, seguidos por la solícita enfermera. Máximo, estaba justo al otro lado, ávido de noticias.

- ¿Qué tal ha ido, doctores?

Tras volver a intercambiar una mirada, fue la doctora la que tomó la palabra.

- Esto, usted es su pareja, ¿no?

- Sí, ¿por qué lo pregunta?

- Bueno, sé que no es el procedimiento adecuado, ya que es la paciente la que debería enterarse en primer lugar pero, dadas las circunstancias, será usted el primero en saberlo. Enhorabuena, Palmira está embarazada.

- ¿Quéeeeeee?

La voz de Máximo, apenas audible, se fue extinguiendo para los doctores a medida que éstos se alejaban.

Su mente iba a una velocidad endiablada, tratando de recordar la última vez que ellos dos… En éstas estaba, cuando la alarma de su móvil le avisó de que eran las 12:55. 

Inmediatamente le vino a la mente la cita que había concertado con el capitán Robles. <<La lancha estará al llegar>>, se dijo. Entró en la habitación dispuesto a hablar con Palmira, pero la encontró profundamente dormida. Decidió dejarlo para otra ocasión. Sacó su libreta de notas y garabateó un mensaje que dejó, bajo el vaso de agua, en la mesita, junto a la cama de Palmira.

Salió de la habitación a toda prisa camino de la parada de vaporettos.

<<La lancha estará esperándome>>, pensó.

Efectivamente, allí estaba. Era una Dell Quay Dory 417, con casco americano tipo ala de gaviota, totalmente blanca. El motor, Yamaha, estaba en marcha, y su sonido fue en aumento a medida que Máximo se aproximaba.

Un tipo, malencarado, de esos que no te gustaría encontrarte a ciertas horas en calles poco transitadas, se giró al percatarse de su presencia y, con un ligero gesto con la cabeza, le invitó a subir.

Apenas le había dado tiempo a acomodarse, cuando la lancha comenzó a coger velocidad camino de Murano…

By Txiki
Txiki

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