Capítulo 47

El taxista percibió en el tono de Macarena su urgencia por llegar al aeropuerto, y  aceleró el coche mientras la observaba por el  retrovisor. Su cara pálida, y sus manos temblorosas evidenciaban que no se trataba de una carrera más, no podía quitarle ojo a su clienta, por momentos parecía que se fuera a desmayar, estaba muy pensativa, solo hacía que girar su cabeza hacia atrás, como si alguien la persiguiera, de repente...

-!!Pare, pare un momento, por favor!!

El taxista frenó en seco.

- Déjeme salir un momento, pero no se vaya, necesito pensar.

Salió del taxi, y se puso a andar de un lado para otro, nerviosa, daba pasos sin sentido en una y otra dirección en el arcén de la calzada, entonces volvió al taxi cerró la puerta y le dijo.

- Discúlpeme, ¿podría llevarme al aeropuerto de Barajas- Madrid?

- Si claro señorita, Ud. manda, pero...  ¿le puedo ayudar en algo?

- Pues sí, mantenga la vista en los retrovisores, esté atento a cualquier maniobra extraña de cualquier vehículo, si ve algo fuera de lo normal comuníquemelo,  mi vida, como la de mi mejor amiga, corre peligro, me persiguen porque no quieren que me reúna con ella en Venecia y le aseguro que allí estaré, pero debo tomar medidas de seguridad.

El taxista, sin mediar palabra  asintió con la cabeza, puso primera y continuaron el camino, pero esta vez hacia Madrid.

Macarena escucho una voz interior que le decía, “ toma  medidas de seguridad,  aunque te retrases unas horas ” y eso es lo que estaba haciendo, porque ,era tan evidente que iba a coger un avión desde Sevilla a Venecia que seguro que ahí la estaban esperando, quienes fuera que fuesen estos asesinos.

- ¡Central a coche 22!  ¿Me recibe? ...

- Aquí coche 22, dígame

- ¿Cuál es su situación y hacia dónde se dirige?

-Espere, espere, dijo Macarena precipitadamente,

Por favor, le pagaré un extra pero no diga la verdad, diga que lleva a una familia en dirección contraria aunque con mismo kilometraje de recorrido,  se lo pido por favor…después llegamos a un arreglo, y se lo explico.

El taxista la miró, y le dijo:

- No sé qué es lo que sucede realmente, pero le aseguro que desde que subió en mi vehículo sabía que esto no iba a ser una carrera más, y no se preocupe señorita, sea lo que sea que le esté sucediendo, cuente con mi ayuda, se reconocer, por mis años en este trabajo, cuando una persona está  en una situación extrema, Ud no tiene cara de ser mala, ni mentirosa, ni de estar loca , yo la protegeré hasta que su avión despegue, y no necesito que me dé un extra. Acto seguido volvió a coger el Walkie  Talkie y contestó...

- Mi situación es... kilometro 72  aproximadamente por la AP-92 dirección Murcia, y llevo a una familia, taxi lleno, de 5 a 6 horas de trayecto, me quedaré allí en Murcia , haré noche y descansaré. Así que regresaré al día siguiente.

- ¡Entendido coche 22! Buen viaje.

El taxista giro un momento su cabeza y vio como Macarena, que la verdad es que era una chica bastante carismática, ahora sí que se le notaba aliviada, incluso dejo entre ver una media sonrisa, la cual el taxista agradeció más que todo el dinero del mundo, y a la cual respondió agarrando su joven mano, como si de una hija se tratara.

- Gracias, muchas gracias, no sabe cuánto se lo agradezco, sino le importa voy a descansar un poco, ahora que estoy más relajada, y después paramos a comer algo y le cuento toda la historia.

- No se preocupe señorita, podemos parar a medio camino en  “La Brasería de la Viña” que está en Trujillo, estos son amigos míos y cocinan de muerte, uy perdón por decir esta palabra...

Macarena se quedo dormida, pero una palabra seguía resonando en su cabeza

Muerte...muerte...muerte…

By Mr.Marvic 

Mr.Marvic